Crea Productos Derivados del Proceso de Deshidratación

Un Abanico de Posibilidades Deshidratadas.

    La deshidratación y el secado de alimentos son técnicas de conservación milenarias que ofrecen múltiples beneficios para una alimentación sana y nutritiva. Este proceso permite no solo alargar la vida útil de los alimentos, sino también potenciar su sabor y valor nutricional al concentrarse los nutrientes. Además, la deshidratación facilita la creación de subproductos variados que se adaptan a diferentes usos en la cocina.




Alimentos que se Pueden Deshidratar

La versatilidad de la deshidratación permite aplicarla a una amplia variedad de alimentos, lo que abre un abanico de posibilidades para crear productos únicos. A continuación, te mostramos algunos ejemplos de categorías que pueden ser deshidratadas:

  • Frutas: Manzanas, plátanos, duraznos.
  • Verduras: Zanahorias, pimientos, cebollas.
  • Tubérculos: Papas, batatas, yucas.
  • Leguminosas: Garbanzos, lentejas, habas.
  • Cereales: Maíz, trigo, avena.
  • Semillas: Chía, linaza, girasol.
  • Hongos: Champiñones, shiitake, portobello.

La deshidratación permite aprovechar cada uno de estos grupos de alimentos para producir ingredientes y snacks saludables, agregando valor y variedad a la dieta diaria.

Posibles Subproductos Derivados de la Deshidratación

Al deshidratar alimentos, puedes generar una gran variedad de subproductos que se adaptan a diferentes usos. Aquí tienes algunos ejemplos de cómo transformar los alimentos disponibles:

  1. Trozados y Rebanados: Ideal para snacks o para añadir en granolas y ensaladas.
  2. Granulados: Perfecto para mezclar con cereales, yogur o como topping de postres.
  3. Polvos: Frutas y verduras en polvo (como la remolacha o la espinaca) son útiles para añadir color y nutrientes a batidos, pastas y masas.
  4. Tostados: Ciertas legumbres y cereales, como el garbanzo y el maíz, pueden tostar tras la deshidratación para hacer snacks crocantes y nutritivos.
  5. Secados Enteros: Algunos hongos, frutas y semillas pueden conservarse enteros y utilizarse para infusiones, caldos o como ingredientes en guisos.

Con estas opciones, es posible darle un giro original a los alimentos deshidratados y ofrecer más alternativas nutritivas para incorporar en diversas recetas.

Conclusión:

    La deshidratación de alimentos es una técnica que no solo ayuda a reducir el desperdicio, sino que también abre un sinfín de posibilidades para crear productos ricos y saludables. Con un poco de creatividad, esta técnica permite mejorar la diversidad alimenticia y la nutrición personal y familiar. Además, desarrollar el hábito de conservar y autoproducir alimentos permite contar con ingredientes durante todo el año, especialmente cuando algunos productos son escasos y aumentan sus precios. Así, la deshidratación se convierte en una herramienta valiosa para la cocina y una opción accesible para contribuir al bienestar familiar.


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